Donnerstag, 4. Oktober 2012

Otro pájaro dijo a la abubilla: "Mientras que esté vivo, el amor del Ser eterno me será querido y agradable. Separado de todo, resido lejos de todo, pero no abandono el pensamiento de amar a este Ser misterioso. He visto todas las criaturas del mundo y, lejos de apegarme a alguna, me he despegado de todas. Solamente me ocupa la locura del amor y me basta. Semejante locura no conviene a todo el mundo. Yo aplico mi alma al amor de este amigo; pero mi búsqueda es vana. Ha llegado el tiempo en que debo echar una raya sobre mi vida, a fin de poder compartir la copa de vino de mi bienamado. Entonces volveré luminoso por su belleza al ojo de mi corazón y mi mano tocará su cuello en prenda de la unión"."No es ni por pretensiones ni por vanaglorias -respondió la abubilla-, como se puede llegar a ser comensal del Simorg del Cáucaso. No exaltes tanto y tan ampliamente el amor que crees sentir por él, pues no ha sido dado a todo el mundo el poseerlo. Es necesario que el viento de la felicidad se eleve para separar el velo de la cara de este misterio. Entonces el Simorg te atraerá a su vía y te hará sentarte a ti solo en su harén. Si tienes la pretensión de ir a este lugar sagrado, no olvides que tu principal cuidado debe ser el llegar al sentido de las cosas espirituales; pues tu amor por el Simorg sólo sería para ti un tormento sin reciprocidad. Es necesario para tu felicidad que el mismo Simorg te ame.“

Farid Uddin Attar / La asamblea de los pájaros

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