Montag, 24. September 2012

caravana de rumi y walt whitman

Ven, ven, quien quiera que seas.
¡Vamos! Quienquiera que seáis, ¡en marcha conmigo!
Vagabundo, adorador, amante del abandono.
Graves, orgullosos, melancólicos, escarnecidos, locos, turbulentos,
débiles, descontentos, desesperados, altivos, amorosos, enfermos,
aceptados y rechazados por los hombres.
No importa.
La nuestra no es una caravana de desesperación.
La nuestra es una caravana de esperanza, perdon y olvido.
 ¡Siempre vivos! ¡Adelante siempre!
Somos ladrones encantadores,
que robamos corazones y nunca desfallecemos.
No os descorazonéis; continuad.
Las cosas divinas siempre yacen ocultas. 
El tiempo de los viejos sermones ha pasado,
yo os juro que las cosas divinas ocultas en su seno, son 
más bellas que lo pueden decirlo las palabras.
Nosotros apuntamos directamente al corazón.
¡Vamos! ¡Junto con los grandes compañeros,
para convertirnos en uno de ellos! 
Ven, otra vez, ven, ven.
También ellos siguen la ruta, 
los hombres, esbeltos y admirables;
las hembras, majestuosas, 
que aman los mares tranquilos lo mismo que las olas tempestuosas.
Si la mente intenta entrar a hurtadillas y tomar el mando,
nosotros le echaremos el lazo sin demora.
Convertimos el veneno en medicina
y nuestras penas en bendiciones.
¡Vamos! No debemos hacer alto aquí
¡Por más gratas que sean las reservas aquí acumuladas, por 
más deleitosa que sea esta residencia, no podemos quedarnos!
Por resguardado que sea este puerto, por más calmosas 
que parezcan sus aguas, no debemos echar el ancla aquí;
Todo lo que nos era familiar,
a quienes amábamos
y a nosotros mismos,
tuvimos que dejarlos atrás.
Los viajeros de remotos países, los frecuentadores de lejanísimas moradas, 
que confían en los hombres y en las muejres,
observan las ciudades, y los laboriosos solitarios.
Los que se detienen a contemplar las hierbas silvestres, 
las flores, y las conchas playeras.
Ven, aun si has quebrado tu voto cientos de veces.
 ¡Quienquiera que seáis, salid fuera! 
 ¡Hombre o mujer, avanzad!
¡Vamos! ¡La ruta se abre ante nosotros!
¡Camarada! ¡He aquí mi mano!
Bendito sea el poema que viene
a través de mí, pero no de mí.
Te doy mi cariño, más precioso que el oro. 
Porque el sonido de mi propia música
ahogaría la canción de Amor.
Te doy mi ser por completo, en vez de prédicas o de leyes. 
¿Quieres darte a mí? ¿Quieres venir a viajar conmigo? 
¡Seguiremos juntos y unidos tanto como duren nuestras vidas!
Porque somos los amigos del Uno.

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