Tratamos de razonar nuestro camino
hacia él:
no funcionó;
pero en el momento en que nos rendimos,
ningún obstáculo quedó. El se
presentó a nosotros por bondad:
¿De qué otro modo podríamos haberlo
conocido?
La razón nos llevó hasta la puerta;
pero fue su presencia la que nos hizo
entrar. Pero, ¿cómo podrás nunca conocerlo
mientras seas incapaz de conocerte? Uno
por uno es uno,
ni más, ni menos:
el error comienza con la dualidad;
la unidad no conoce el error. El camino
que debes recorrer tú mismo
consiste en pulir el espejo de tú
corazón.
No es con rebelión y discordia
como se pule el espejo del corazón,
liberándolo de la herrumbre
de la hipocresía y incredulidad.
Tu espejo es pulido por tu certeza:
por la pureza sin aleación de tu fe.
Libérate de las cadenas que has
forjado a tu alrededor;
Pues serás libre cuando estés libre
de la arcilla.
El cuerpo es oscuro, el corazón brilla
radiante;
El cuerpo es mero abono, el corazón es
un jardín florido.
Hakim Sanai
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