El
hombre puede llevar la agricultura al mar. El hombre puede crear
vegetales que vivan con agua salada. La fuerza de la humanidad se
concentra en lo esencial. Es inconmensurable. Allí están las más
portentosas fuentes de energía. ¿Qué sabemos de la fotosíntesis?,
casi nada. La energía en el mundo sobra si trabajamos para usarla
con ella. Es posible arrancar de cuajo toda la indigencia del
planeta. Es posible crear estabilidad y será posible a generaciones
venideras, si logran empezar a razonar como especie y no solo como
individuo, llevar la vida a la galaxia y seguir con ese sueño
conquistador que llevamos en nuestra genética los seres humanos.
Pero
para que todos esos sueños sean posibles, necesitamos gobernarnos a
nosotros mismos o sucumbiremos porque no somos capaces de estar a la
altura de la civilización que en los hechos fuimos desarrollando.
Este
es nuestro dilema. No nos entretengamos solos remendando
consecuencias. Pensemos en las causas de fondo, en la civilización
del despilfarro, en la civilización del use-tire que lo que está
tirando es tiempo de vida humana malgastado, derrochando cuestiones
inútiles. Piensen que la vida humana es un milagro. Que estamos
vivos por milagro y nada vale más que la vida. Y que nuestro deber
biológico es por encima de todas las cosas respetar la vida e
impulsarla, cuidarla, procrearla y entender que la especie es nuestro
nosotros. Gracias.
Final del discurso
de Presidente José Mujica en Asamblea
de
la ONU / 24.09.2013
Discurso completo:
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